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¿Nos merecemos los humanos el regalo que nos hicieron?

28 Ene

Con estas palabras me piden que escriba. No fueron mías. Salieron de un ahora compartido.
Pero sin más explicaciones…
Y soy todo dudas.
Ignoro aún cómo salir de ellas, o escribir desde ellas.
Poco o nada uso la palabra “merecer”.
Especialmente por interés propio: no siento que merezca lo que la vida me da, ni muchas personas.
Siento que me da muchísimo más de lo que pueda merecer.
“Merecer” es ser digno de premio o de castigo.
Pero la R.A.E. hace una petición de principio diciendo que ser digno es ser correspondiente o merecedor de algo.
De modo que entre merecer y ser digno hay un laberinto, o un círculo. Vas del uno al otro…
Pero el sentido coloquial puede salvarnos.
Si mereces algo, se piensa que te lo has ganado, que te lo tienen que dar.
No es seguro que se produzca el hecho: hay “merecedores” a quienes no se les da lo que merecen. La vida social está llena de ejemplos.
Depende, pues, el logro de lo merecido, de que alguien lo otorgue.
Lo cual sitúa al otorgante por encima del merecedor. En sus manos está la concesión.
Así pues, el planteamiento de nuestra pregunta nos remite a alguien superior a nosotros, los humanos.
Alguien que nos dio un regalo. Excepcional supuestamente.
Y “de Arriba”.
¿Extraterrestres? ¿Dioses? ¿La Mente Universal? ¿La Suprema Fuente?…
No especifica la persona que plantea la pregunta…
A poco hemos llegado, pero la palabra “regalo” quizá nos deja aún más perplejos.
Si fue regalo, no nos correspondía por nuestra naturaleza.
Se trata, pues, de algo que tenemos y nos excede a la par.
No son nuestras capacidades naturales.
Todas nos corresponden por naturaleza.
Tal vez justamente menos una.
Una que desborda nuestro cerebro, que no puede producirla.
Una que hasta desborda nuestra condición de seres espaciotemporales.
Una que ni siquiera podemos comprender cuando pasa por nosotros, nos atraviesa, nos “sobrecoge”, eso que es tomarnos desde arriba y elevarnos…
EL AMOR.
No “el enamoramiento” que es un cóctel de hormonas cerebrales que acerca intensamente a dos personas…para llevarlas a la ocasión de AMARSE…
Muchísima gente piensa que el amor es algo natural en los humanos.
Y ni siquiera se fijan en que tal vez no llega a un 5%
las parejas entre las que hay verdadero amor.
Ello sin nombrar a todas las que se rompen…
Si fuera una capacidad natural, el porcentaje sería –como poco- a la inversa.
No lo es, si lo pensamos en serio.
Ni estadísticamente ni por la naturaleza que parece mostrar el auténtico amor.
Dura SIEMPRE.
Existe aun sin estar en el mismo ESPACIO. Personas hay que se han amado y se aman en la distancia.
Supera la barrera de LA MUERTE…
Lo sabe quien ha vivido verdadero amor…
Ni tiempo, ni espacio, ni muerte le pueden vencer…
Eso excede la capacidad del cerebro humano.
ES UN REGALO.
¿Qué regalo mayor puede haber?
Transforma a quien toca.
No sólo cambia su mundo, cambia su vida, cambia su ser.
Y, además, “irradia”.
Hay algo que la gente percibe.
Despierta diferentes emociones en ella:
Admiración, envidia, incredulidad, deseo de emulación…
Lo extraordinario suscita lo contradictorio entre los humanos…
¿Se merecen lo humanos el regalo del Amor?
EL AMOR NO PUEDE MERECERSE.
Supero el intento de lograrlo.
Nadie puede hacerse acreedor de Él.
SIEMPRE ES REGALO NO MERECIDO…

 
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Publicado por en 28 enero, 2011 en Sin categoría

 

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