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Archivos diarios: 16 May, 2011

Palabras bellas.

Si no logras detener el pensamiento para tu vida interior, amig@ mí@, te sugiero que hagas al menos otra cosa:
Llénalo de palabras bellas…
Recuerda que tú configuras tu cerebro, por la plasticidad de sus neuronas.
Aquello que llena tu cerebro, en ello se convierte él.
Si son tus pensamientos negativos, tu cerebro supura pestilencia.
Si son tus pensamientos positivos, tu cerebro rezuma salud.
Si son tus pensamientos bellos, despide tu cerebro resplandor.
Si tus pensamientos son solamente el eco del amor que desborda al cerebro, de él brotará energía y felicidad…¡El aura de un dios o de una diosa!…

El carrusel del pensamiento puede transformarse aunque no sepas detenerlo.
La memoria puede guardar solamente cosas bellas, si tú quieres.
Aparte de los conocimientos que precises para trabajar y moverte en el mundo material, ¿para qué necesitas pensamientos negativos?
¿De qué te privas si no los tienes?
Quizá, en las reuniones, te prives de criticar.
¡Pero tranquil@, que los demás suplirán a toda prisa tu ausencia!, ¡Ya se encargarán ell@s!…
Quizá se te ocurra que no vas a disponer de defensas frente a la gente ladina, astuta, que te quiere engañar y manipular…
Pero mira, algo muy sencillo y claro:
Tú puedes ver lo negativo que exista fuera de ti sin contaminarte de ello.
No te contaminarás si simplemente lo ves, sin por ello juzgar a la persona.
Pueden serte muy claras las maniobras engañosas que estén en la mente y la acción de otros.
No convertirlas en maniobras tuyas, no actuar ni pensar ni sentir como lo hagan esas personas.
Ni las insultes ni denigres porque sean lo que son.
No lo necesitas tú para no serlo.
Y un poco ya te haces como ellos al hacerlo tú.
Lo que ell@s sean, es su propio asunto, y tú puedes respetarlo, tomando tus defensas adecuadas y limpias.
No asumas las suyas aceptando una creencia: ¡que ellas son las eficaces!.
Para hacer daño, lo son, qué duda cabe.
Pero como tú no quieres hacerlo, no habrás de imitarlos.
Al revés, podrás seguir siendo tú mism@ mientras ellos son como quieran ser.
Si ellos son lo que son ¿por qué no vas a ser tú lo que eres, lo que actúes creativamente en tu cerebro y tu mente?
¡Qué simplón, tristón y ramplón es ese pensamiento que anida en muchas mentes, de que hay que ser como los demás!
¡Gregarismo puro! ¡Ala, todos en manada!
¡Donde vaya la grey!…
Pues recordad que hay una palabra, “egregio”, cuyo significado primero es “el que sobresale de la grey”.
Y de ahí se ha derivado a señalar personalidades notables, fuera de lo común.
¡Pues sed egregi@s, amig@s, en vez de gregari@s!
Y recordad que para ello, ni vuestros pensamientos, emociones ni palabras pueden ser los mismos que los del rebaño.
Depositad bellas palabras en vuestro pensamiento.
Leed cosas bellas.
Asomaos, por favor, a la poesía que es expresión del sentimiento en la belleza.
Leed novelas o ved películas que describan mundos bellos, o que describan éste bellamente.
Otro pensamiento que se ha instalado, más probablemente en personas llamadas “cultas”, es que las obras de arte, en literatura y cine, tienen que ser –para ser “buenas” o espectaculares o llamativas-
escabrosas, soeces, descriptivas de mundos marginales y endurecidos, amargas, desesperadas…
Diría yo que el verdadero arte -¡que ha de ennoblecer la vida humana!- sería el que, aun esos mundos, sepa describirlos bellamente y encontrar belleza en ellos mismos…
La belleza siempre es noble.
Y más que la belleza de los cuerpos (que puede ocultar corazones y mentes llenos de fealdad), la belleza de las palabras, de los pensamientos y emociones, de los actos verdaderamente humanos…
El acto heroico, el acto solidario, el acto de comprensión y de acogida, el acto sencillo que muestra la sencillez de la persona, o la ternura y el afecto…
¡Tantos actos humanos son bellos!
Así pues, como os voy diciendo y sugiriendo, cuando no podamos deterner el carrusel del pensamiento para que nuestra mente VEA y para que en verdad sea libre, entonces al menos, LLENÉMOSLO DE PALABRAS BELLAS…

 
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Publicado por en 16 May, 2011 en Sin categoría