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La muerte que siempre sorprende.

30 Sep

En mi ahora, hoy aparece la muerte de una persona con quien compartí cosas verdaderas.
Era una mujer joven, rebelde y diferente.
Un aneurisma fue la excusa de la muerte para llevársela.
La conocí en uno de mis cursos, hablando de la sabiduría del corazón.
Compartí con ella, al tiempo que con otros amigos y discípulos, momentos en los que fluía el afecto y la cercanía, junto con una copa a la que más de una vez me invitó.
Momentos fueron que, por su contenido, sobrepasaban el tiempo, esa férula de humanos que no aprendieron aún a vivir AHORA.
Fue en un lugar que, para mí, está sacralizado por acontecimientos del alma. Realidades que se escapan al devenir…
Debajo de las montañas azules, rodeados de bosques de pinares, presentes allí algunos sabios árboles, veteranos ya del vivir junto a los hombres,
limpio el aire de cualquier polución urbana. Lugar donde son posibles los milagros…
Lo hacen posible personas a las que siempre estoy agradecido por ello, porque aunque se inscriba su acción bajo el paraguas organizativo, ellas eligieron…
Elisa fue su nombre aquí.
Ahora tendrá su nombre cósmico y aquella piedra única que decía el Apocalipsis que tendría cada elegido…
Elegida fuiste, Elisa, para marchar pronto.
Sólo El Amor sabe las razones.
Pero lo nuestro es darte amor ahora que has marchado, como lo fue cuando compartimos instantes en el tiempo fugaz, instantes que no fueron fugaces…

Siempre sorprende la muerte.
Es visita cierta que nunca sabemos cuándo viene.
Ni siquiera el enfermo terminal sabe el momento.
Se recubre siempre ella de un manto de sorpresa.
¿Por qué lo hace?
¿Para recordarnos quizá que el vivir la vida nuestra
jamás está completo sin ella?
De pronto, TODO SE HA TERMINADO.
¡TERMINACIÓN, proclama ella!
Y nos lo dice a nosotros, los que no sabemos terminar.
No sabemos terminar con el pasado.
No sabemos terminar con la fugaz seguridad de lo conocido.
No sabemos terminar con afectos dañinos, ni con dependencias psíquicas sin valor, ni con los pensamientos infelices.
¡No sabemos VIVIR, y la sabia muerte nos enseña cómo VIVIR DE VERDAD!
VIVIR EN LA REALIZACIÓN DE LO ETERNO, que es justamente todo aquello que ella ni quita ni termina.
Vivir en la libertad total de mente y corazón.
Vivir en el ahora que es la proyección de la eternidad en nuestro mundo de tiempo.
Vivir en la felicidad, la que no es placer ni dolor, la que a ambos trasciende, la que es radicalmente LA ÚNICA OBLIGACIÓN.
Vivir la PASIÓN, EL DESEO Y EL AMOR, sin medida alguna, con absoluta entrega en el instante.
VIVIR LA GRANDEZA QUE NO SE ACABA…
Todo ello y más nos enseña esa visita inesperada.
¡Pero nos lo enseña para antes de que ella llegue!
No sabemos si nos lo puede enseñar después.
Fijáos, amig@s, que LA MAYOR ENSEÑANZA DE LA MUERTE ES MOSTRARNOS CÓMO VIVIR!
No es ella esquelética y oscura como nos la han mostrado.
No es cruel ni injusta.
¡ES LA GRAN ALIADA DEL VIVIR!
Ilumina el camino, libera de las mil ataduras.
Con sólo mostrar “lo efímero”, ya nos está enseñando a vivir.
Con sólo indicarnos el mensaje de que EL AMOR ATRAVIESA SU FRONTERA, hace aparecer ante nosotros LA VERDADERA REALIDAD.
¡En tantas pequeñeces e insensateces se pierde nuestro cerebro!…Él, a la postre, pertenece al tiempo y a la tierra y no puede saber más.
¡Pero no somos, amig@s, un cerebro que perece!
Sin ninguna creencia podemos verificarlo por nosotros mismos.
Sin la creencia del teísta y sin la creencia del ateo.
Sin ninguna ideología…
¿Acaso alguna atraviesa la frontera de la muerte?
¿Acaso alguna puso un pié en la otra ribera?
Permitidme, amig@s, que os lo diga: Yo lo puse.
Yo me siento hermano de la muerte.
Con mi amada crucé y parte de mi ser pertenece al otro lado.
Y supe que EL AMOR no la puede temer.
Y al marcharse ahora Elisa (como marcharán tus nombres conocidos, como marcharás tú cuando te llame) sé que EL AMOR PERMANECE.
Que atraviesa la frontera.
Que nada se aniquila sino lo que ya NO ES.
Eso que “no es” que nosotros mantenemos en el puro artificio de la memoria herida.
Eso que nos impide la felicidad, que es la única tarea y obligación de todos los seres que existen y son…
¡SI AL MENOS ESCÚCHARAMOS ESE MENSAJE!
¡CUÁNTO LA MUERTE CAMBIARÍA LA VIDA!
¡ESCUCHEMOS, AMIG@S, LA VOZ QUE VIENE DE MÁS ALLÁ DE LA FRONTERA Y APRENDAMOS VERDADERAMENTE A VIVIR!

¡AMOR PARA ELISA!

 
1 comentario

Publicado por en 30 septiembre, 2011 en Sin categoría

 

Una respuesta a “La muerte que siempre sorprende.

  1. Isa

    2 octubre, 2011 at 6:08 pm

    Descanse en Paz Eliza.
    Un abrazo para ti.

     

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