Una cierta angustia acompaña la expresión de mi título de hoy.
Porque siento que no he logrado ayudar lo suficiente a personas amadas a VER.
No me preocupa el hecho de no haber sido yo. Hace un tiempo cité en este blog el libro de “El poder del ahora” que a otras personas –me dijeron- les ayudó a verlo de manera seria y eficaz.
¡De nuevo lo recomiendo, amig@s!
Su autor, Ekhart Tölle, recorrió, según se indica en su biografía, un serio camino espiritual. Y sus palabras parecen haber ayudado a muchas personas a ver esta luz que yo mismo –torpemente sin duda- intento comunicar.
Seguramente que mi propio ego oscurece mis palabras. Que ponga de relieve tal vez lo menos importante antes que lo contrario. Que “lo intelectualice”, dificultando de tal modo su transmisión.
No lo sé, amig@s mí@s. Y no me preocupa por mí.
Me preocupa solamente que llegue a las personas que amo LA CLARIDAD.
Me preocupa que ellas –al leerme- no puedan saltar, por encima y más allá de mis palabras,
A LA REALIDAD.
¡DE TODOS LOS MODOS PARA MÍ POSIBLES DESEA MI CORAZÓN INTENSAMENTE QUE SE PRODUZCA ESE HALLAZGO!
Y hoy vuelvo a escribir.
Sin saber si podré manifestar todo cuanto les ayude A VER, a colocar en su lugar al pensamiento,
a evitar que él interfiera en su vida interior.
Llevo ya muchos años trabajando dentro de mí para poder conseguirlo. Y sé y doy por hecho que son, todavía, muchas las veces en las que él me invade.
Tal vez por esto mismo, sin buscar más motivos, no logro prestar la ayuda conveniente, porque no he detenido en mí ni totalmente ni para siempre la acción de pensamiento.
Quien me conozca lo sabe, porque brotan reacciones de mí que las guía el pensamiento.
¿Cómo, pues, va a ser mi ayuda la adecuada?…
Si hablas de lo que, en verdad, no sabes enteramente, sin duda te has de equivocar.
¡Perdón os pido por ello! Y estaré más atento…
He de aclarar que fue J. Krisnahmurti quien, el pasado siglo, empleó esta denominación.
No se refería él únicamente al acto intelectual del pensamiento, el acto cerebral de las neuronas del neocórtex. Incluía en ello igualmente las emociones y sentimientos que emergen del cerebro emocional. Aludía al “pack” completo en tanto que en él se recogían los condicionamientos del pasado.
En nada se oponía al uso adecuado del pensamiento del que junto con su amigo David Bohm, Premio Nobel de Física, dialogando sobre ello, coincidió con él en su afirmación de que “el pensamiento es un proceso material en el cerebro”.
Se separaban ambos con ésto de la filosofía “espiritualista” y de las religiones que consideran el pensamiento como el acto de una facultad del alma.
En el libro “Más allá del tiempo”, donde se recogen estos diálogos, consideran también ambos que “es infantil” la afirmación del “alma inmortal” individual.
Será, sin duda, sorprendente ello para muchos. Pero leyendo la obra de K. se comprende perfectamente su mensaje, dispar desde luego de religiones y de algunas filosofías.
“Pensamiento” es el conjunto de condicionamientos y creencias del pasado que determinan las reacciones del cerebro y de la mente.
Es “el pasado” inscrito en la memoria y activo e influyente en el momento actual.
No se refiere, propiamente, al mundo de “los conocimientos”, aunque el modo de tenerse y usarse por la mente puede también estar afectado por aquel, siempre –por ejemplo- en que ellos sean tenidos como dogmáticos y ocupantes de la máxima categoría en la mente.
“La experiencia” que hemos vivido (perteneciente al pasado y la memoria) puede formar parte del “pensamiento” en tanto que haya condicionado nuestras “reacciones”, lo cual sucede con harta frecuencia.
Y lo mismo puede decirse de lo que llamamos “nuestro modo de ser” que es sencillamente un mapa cerebral establecido a lo largo del tiempo por decisiones nuestras.
Muchas son las “grabaciones” procedentes de la infancia que nos afectan, limitan y provocan reacciones actuales. Contienen muchas de las decisiones básicas que han compuesto nuestro modo de ser. Y vienen a ser “el colchón” sobre el que y por el que se inscribieron decisiones posteriores.
“Somos el producto de nuestro pasado”, afirma el maestro y podemos afirmar prácticamente todos.
Entra ahí en acción posible “la Psicología” que tiene poco que ver con las propuestas de K., aunque ella pretende también utilizar la capacidad reina de la mente que es LA CONSCIENCIA, pero no en exclusiva y dentro de un sistema de conocimientos.
“DARSE CUENTA” es expresión suya que expresa sin darle ningún misterio, negando que lo tenga.
No se trata de realizar “actos esotéricos”, sino simple y sencillamente de ser conscientes de ese conjunto del pensamiento que nos está influyendo,
de su actividad y de sus motivos subconscientes.
PATENTIZAR A LA CONSCIENCIA tales motivos es la acción completa del “darse cuenta” y es a la par la DEFINITIVA. Nada más hay que hacer, eso es todo.
Y en ello está la diferencia de su propuesta frente a las formas “tradicionales”, que incluyen “arrepentimiento”, “propuesta de cambio”, y “establecimiento de un ideal” que está en el futuro y que supone una manera gradual de cambio. Y que atraviesan, además, por la vivencia de la “culpa” y el deseo de la “inocencia” recuperable.
Todo lo cual es un proceso en el tiempo.
EN CAMBIO TODO EMPIEZA Y TERMINA EN EL DARSE CUENTA EN CADA INSTANTE.
LO NEGATIVO CESA YA, no en el futuro.
Puede volverse a producir un retorno de esa negatividad en el cerebro/mente. Y la nueva acción del darse cuenta lo hará cesar de nuevo.
Hasta que se produzca lo que K. llama “discernimiento total” que es un acto del darse cuenta de tal claridad e intensidad que hace desaparecer los últimos motivos del subconsciente.
Y ello jamás vuelve a la mente. Quedó ella libre por completo de su presencia e influencia. “Se vació” de ello. Y en tal campo LA MENTE ESTÁ ILUMINADA. TRANSFORMADA. ES LIBRE…
El mundo de los condicionamientos y creencias es inmenso y liberarse de ellos puede parecer tarea imposible o propia de muchas vidas.
Según me parece ver, no hay que proponérselo porque –además de su aparente imposibilidad- sería “establecer un ideal de futuro” que despojaría a la mente de parte de su energía que ha de ser vivida plenamente en el instante.
La vida ha de ser vivida instante a instante.
Es AHORA cuando la acción del darse cuenta ha de realizarse.
Y es justamente AHORA cuando se presenta a la mente el condicionamiento o creencia concreto y real que puede abordar, no la totalidad de tal mundo.
EXISTE, PUES, UN MODO NATURAL DE SELECCIONAR LOS CONDICIONAMIENTOS:
CENTRAR EL DARSE CUENTA EN LOS QUE SE PRESENTAN PRETENDIENDO “SECUESTRAR” LA RESPUESTA AL RETO DE LA VIDA.
Ello lleva consigo lo que K. llama un estado de ATENCIÓN ALERTA.
La mente ha de estar vigilante, no dormida ni embebida en la actividad “espontánea o forzada”
por el modo de vivir.
Lo cual entiendo que lleva consigo “una cierta quietud” de la mente, una “paz”, una “serenidad”,
una “distancia”…Cuanto haga posible que ella se centre en “el darse cuenta”, sin dar importancia a “ideas” y “creencias” y condicionamientos de cualquier tipo.
ALERTA PARA SER CONSCIENTE. ATENCIÓN COMPLETA…
Podrá ser que, en tales momentos, la actividad constante del pensamiento quiera “añadir” su movimiento . Y la acción del darse cuenta lo podrá englobar como otro elemento del conjunto, sin lucha ni esfuerzo…
LA CONSCIENCIA NO TIENE TAMAÑO.
Se puede extender mucho o poco. Y cuanto más plena sea, más total es su “efecto” (por decirlo así) sobre la mente y sus contenidos.
Se realiza entonces esa acción de “vaciar” y “liberar”. Desaparece el pasado y el ahora es presente para ella.
Y por tal razón EMERJE DE LA MENTE LA ACCIÓN CORRECTA Y CREATIVA.
Correcta porque en ese instante no está influyendo en ella todo el viejo mundo de “re-acciones” grabadas en el subconsciente. Y al desaparecer “lo negativo” lo que existe en ella ES POSITIVO.
Y creativa porque no se apoya en ningún precedente de la memoria. No es “re-acción” contra nada, sino ACCIÓN, recién nacida en la mente.
He visto en alguna persona singular estos hechos.
Pasar de pronto, sin pausa ni reflexión, de una emoción que podía contener elementos negativos
a una emoción y acción completamente diferentes.
De preocupación, tristeza, angustia, ansiedad… a una ALEGRÍA LIMPIA Y TOTAL.
UNA ACCIÓN CORRECTA Y CREATIVA…
Nunca se trata de “un proceso”. No es efecto de reflexiones ni ideas ni de otras emociones.
ES INSTANTÁNEO.
Y entiendo que ello es justamente la señal de lo que se realiza en la acción de la CONSCIENCIA que coloca al pensamiento en su lugar.
Por el contrario, cualquier “cambio paulatino” no es la acción del darse cuenta, sino un proceso del pensamiento…
No sé, amig@s mí@s, si lo expuesto será adecuado y suficiente para vosotros.
Pero esto es lo que hoy os comunico desde el corazón.