Muy mezcladas suelen estar estas palabras en los medios llamados “informativos”. Tanto que, muchas veces, componen un solo conglomerado…explosivo para muchas personas…
Comenzando por la “información”, hay muchas cosas que observar:
La primera es que suele “comprarse”: Las agencias las venden y nutren con ella a la mayoría de los medios (salvo aquellos que investigan por su propia cuenta).
Con ello es fácil pensar que tienen algún interés en difundir éstas y no otras. Porque parece (cuando nos asomamos a “informarnos”) que sólo hay en todo el mundo una decena de informaciones.
¡Entre cuantos acontecimientos suceden en la vida diaria en todo el planeta, parece que no pasa más que lo que nos cuentan!
Y es que, para ellos, sólo se trata –inicialmente- de la información que consideran NOTICIA.
Y ella es “información relevante y de interés general”.
Con lo cual ya tenemos SESGADA LA INFORMACIÓN. Porque la relevancia y el interés lo deciden ellos. Y ellos tienen sus propios intereses. Y ellos pueden querer abrumar a la gente con esos “sesgos”…
De modo y manera que, cuando nace la información, ya nace “contaminada”. No es inútil recordarlo porque –según dicen- estamos en la era de la información…
Existe un medio esencial para transmitir la información, cualquiera que sea:
LA FORMULACIÓN EN PALABRAS.
“Intentan” en los “medios de información” escoger palabras “neutras” para mostrar “que están informando”. Suelen ser “intelectuales”, y evitan las emociones. ¡Como si las emociones y sentimientos no pudieran ser pertinentes a los hechos!.
Con lo cual se reafirma otro prejuicio: lo racional es “objetivo” y los sentimientos no lo son…
Introducen palabras intelectuales que puedan aludirlos. Por ejemplo: “Les vamos a relatar un hecho trágico…o terrible”.
Y luego vienen imágenes y palabras que lo cuentan. Sin sentimientos…
Me permito recordar que “los valores” no son esencias racionales. Son cualidades que justamente son captadas por los sentimientos intencionales, no por la razón.
“Habrían de calzar las palabras a los hechos como guantes de fina gamuza”.
Pero me parece, por desgracia, que no les es posible actuar así a las palabras.
Son ideas y las ideas son generales. No pueden definir los hechos concretos. Siempre hay “un salto” de ellas a los hechos.
Cada una de ellas, además, tiene su propia historia en cada cerebro. Están llenas de “connotaciones”, huellas de experiencias pasadas…
Y por ello es inevitable arrastrar esos sesgos, más sesgos cada vez cuanto más se habla…
Si comenzamos a mirar “las opiniones”, nos marchamos ya, de manera “oficial”, de la información.
Entramos “descaradamente” en un mundo que -¡de suyo!- no habría de tener importancia alguna.
Porque, ante todo, opinión no es ni certeza ni acierto.
LA OPINIÓN NO ES LA VERDAD.
Si quien “opina” lo hace sinceramente, manifiesta que sus palabras “son SU parecer”. (No pocos hay también que en ello están mostrando sus particulares “certezas” disfrazadas de “opinión”).
Quien realmente opine, ha de poder escuchar todas las otras opiniones, porque TODAS COMO TALES SON “PARECERES”.
¡Y diga Vd eso en los debates, dígalo a los políticos, dígalo incluso hablando de fútbol donde parece que nos vaya la vida en ello!
Podríase decir que, un buen opinante, se está intentando acercar A LA VERDAD QUE NO TIENE. Y que habría de escuchar a todos los opinantes para intentar honradamente que –entre todos- se pudieran juntar LOS MIL TROZOS ROTOS DEL ESPEJO DE LA VERDAD, si casualmente y casi por milagro se hubieran recogido los trozos suficientes…
Justo aquí me viene el decir que los sentimientos han de ser el componente mejor de la opinión, y no las intelectuales apariencias.
Porque si el que opina está mostrando, lo mejor que pueda, lo que lleva en su corazón, tendremos ahí UNA VERDAD: lo que siente realmente esa persona. No lo que finja. No lo que en ese momento “le viene bien”. No los intereses, suyos o de su grupo. No las premisas políticas. No las ideologías. No las estrategias. No las apariencias. No las conveniencias. No eso que han dado en llamar “políticamente correcto”…
¡Que hay que ver, amig@s, la cantidad de cosas que hemos inventado PARA CAMUFLAR LA VERDAD!…
Resulta que llegamos a cuando alguien “nos quiere persuadir”.
¡Pantanoso terreno!.
Si ya la información y la noticia están contaminadas de nacimiento, y lo están hasta en su modo de comunicación, y si tiene la opinión las limitaciones dichas…¡qué no tendrá la persuasión!.
Cuando alguien lo pretende…¡ya puedes alertarte cuanto puedas! Porque la cosa es clara: PRETENDE LLEVARTE A DONDE QUIERE.
Y va a emplear los medios a su alcance para lograrlo. Medios verbales, desde luego. Medios de comunicación, que no se trata de amenazas o chantajes. Por eso también medios de comunicación no verbal. Y emociones y sentimientos. Y escenografía…
¡ALERTA, ALERTA!
NINGUNA PERSUASIÓN ES CORRECTA.
Porque cada persona ha de llegar por sí misma a donde quiere.
Cada persona ha de llegar por sí misma A LA VERDAD.
Y por tal motivo ¡no hay que seguir a nadie!
¡Ni siquiera a “maestros”!
En la tierra sin caminos que es la Verdad, no se han de pisar las ajenas huellas.
Porque la Verdad se produce en un encuentro personal, tan íntimo y profundo que nadie más que un@ mism@ puede asistir a él.
Por tal razón “los persuasores” son peligrosos.
¡Porque te puede parecer, en sus argumentos y en sus emociones y sentimientos, que allí está la verdad!
PERO LA VERDAD JAMÁS RESIDE EN LAS PALABRAS.
Tú mism@ has de ver por ti, solamente por ti.
Nadie puede ver en tu lugar.
Incluso quien se haya encontrado con la verdad, no te la puede pasar como si fuera un objeto cambiando de mano.
Te podrá hablar de su propio encuentro. Podrá tener la mayor sinceridad y honestidad del mundo.
¡PERO HAS DE SER TÚ MISM@ QUIEN ACCEDA A ELLA!
¡POR NADIE TE HAS DE DEJAR “PERSUADIR”!…
Si venimos a echarle un vistazo a la “manipulación”…¡todos los peligros anteriores y muchos más se reúnen bajo esta palabra!
Porque “manipular” solemos entender que es “una persuasión interesada” .
¡Qué simple y peligroso! Alguien pretende conducirnos a lo que le interesa. Prescindiendo de nuestro propio interés. Y aunque fuere el contrario.
No suelen, además, los manipuladores respetar ninguna regla ni menos que nada ser sincer@s.
¡Pobres de nosotros si caemos en sus manos!
Pobres si -por ejemplo- os ofrecen que el país será próspero si os hacéis independientes. A ellos no les importa porque –en cualquier caso- se labran su propia prosperidad. La vuestra no les preocupa…
A no pocas personas les puede resultar francamente útil percibir que son “carne de cañón” para ser manipuladas.
Son, ante todo, personas que no saben estar solas, que “necesitan” estar en contacto y conexión con grupos.
Son también personas muy invadidas por sus temores y deseos y –por ello- buscando continuamente “alguien” que aminore o elimine los unos y satisfaga los otros.
A la par suelen estar mentalmente muy atadas a “las fórmulas” y las repiten como si ellas reflejaran su propio ser.
Tampoco suelen ser rigurosas en su manera de pensar, saltan a conclusiones sin estar seriamente fundamentadas sus premisas y –cuando éstas no concluyen- dan un salto a las emociones para suplir con ellas lo que le falta a su discurso racional.
Y, sin duda, está su cerebro salpicado de “creencias” que no saben en verdad de dónde proceden, ignorando “los contagios emocionales” que se han producido en ellas.
Son, por ello, presa fácil de los manipuladores que pueden repetir tranquilamente su propio discurso sin avanzar un ápice en sus fundamentos, a modo de “cantinela hipnótica” que barajan incansablemente en su cabeza.
La información procedente de “otros movimientos” la consideran siempre falsificada y solamente la que reciben de sus líderes les parece la correcta.
Las personas manipuladas son (perdónenme porque es un hecho) auténtico rebaño, atemorizado y deseoso de sentirse en la aparente seguridad de sus consignas.
Su pensamiento funciona a partir de las falsas premisas que les han inoculado. Y les parece un proceso racional porque el pensar puede sacar conclusiones de cualquier premisa que se le ponga.
Y si no es cuestionada la premisa, da la sensación de que el proceso es “razonable”…
Emocionalmente suelen ser presas de rabias, iras y adhesiones intensas. Sienten intensamente las posiciones a las que les han llevado y suelen olvidar la realidad, las conclusiones previsibles y el futuro calculable. ¡Solamente les importa conseguir lo que figura en sus cabezas, por muy irracional e inverosímil que ello pueda ser!.
Por ello suelen ser “masa despersonalizada” en la que no se contempla al individuo en verdad autónomo e independiente. Y por ello pueden resultar socialmente peligrosos porque –como masa que son- acumulan energía ciega que pueden realizar barbaries en cualquier momento.
Cuando a todas estas características se le une “la creencia religiosa”…¡la bomba está servida!
Porque en nombre de dios se puede realizar cualquier cosa, atacar, golpear, lapidar, matar, producir el increíble despropósito que rompe toda racionalidad de la “guerra santa”, que ya no se puede llegar a rastrear quién pudo juntar esas dos palabras sin darse cuenta del innombrable salvajismo que decía…
Ante vuestros ojos, amig@s, están estas reflexiones para que SOLAMENTE VOSOTR@S MISM@S las consideréis.
¡A mí ni se os ocurra seguirme, por favor!
Mal favor me haríais si lo hicierais, porque perderíais vuestra libertad y autonomía y no os quiero tan mal.
Recordad que cuanto escribo lo expongo como un amigo que comparte lo que sucede en su propio interior, sin otro objetivo que dialogar sobre lo humano que es nuestro terreno y que, conociéndolo más, nos podemos acercar a eso que queremos llamar REALIDAD, aunque ninguno verdaderamente sepamos lo que es…