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Archivo del Autor: gnegueruela

La Yaya

La Yaya.
Se marchó a las doce la otra noche. Cuando ya fue el momento.
Antes su cerebro padeció dos fuertes ataques, pero los resistió bravamente.
sin que ni siquiera los ictus dejaran huella alguna.
Brava mujer, mujer pequeña como suelen ser todas las mujeres grandes.
Mujer afable y cariñosa, desbordando siempre afecto por su familia
en la que me he sentido englobado a través de su nieto que es pareja
de mi hija. Y me ha llegado el cariño…
Los que somos muy mayores podemos a veces comunicarnos como no
saben los demás. Incluso más allá de lo que para quizá la mayoría
constituye una barrera infranqueable.
Y en esa concreta hora en que ella se marchaba, pasaba mi propio cuerpo
por estrecheces, por si acaso compartir algún sufrimiento ayudara a la
lucidez y brillantez de la consciencia…
¡Qué hermosa y gozosa era su consciencia al ver un comedor rebosante
de descendientes suyos y sus parejas, decenas de personas unidas por
el afecto, árboles brotados todos de su tronco!
Su ausencia será del todo insustituible. El hueco de la Yaya no lo podrá
llenar nadie.
Tal vez si a dos o más de sus descendientes les llega poderosamente
su enorme espíritu de familia, tal vez esa suma consiga mantenerlo
en el co
lectivo. Será una nueva creación, aunque también contendrá
esencia de ella, de la Yaya.
Pero permitidme que os advierta: No bastará con lo que suele llamarse
“recuerdo”. De poco servirá que sigan ardiendo esos leños de recuerdo
para que siga presente la memoria, porque
-para que ella viva- ha de estar animada por espíritu en el ahora.
A algunos de vosotros les llegará el poder y la consciencia. ¿Con cuánta intensidad?
Seguramente necesitareis agrandaros para poder llegar al tamaño de la pequeña
Yaya.
O sumaros como ya os he dicho.
¡Y que no desaparezca la preciosa obra que forjó ella!

 
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Publicado por en 2 diciembre, 2013 en Sin categoría

 

Parada cardíaca.

Fue un instante. Visto y no visto…

Providentemente mi hija estaba sentada a mi lado y pudo impedir

-abrazándome- que cayera de bruces sobre la bandeja del desayuno

que tenía ante mí.

¡A mi pobrecita le dí …un susto de muerte!…

Que así de simple es ella: parado queda el corazón..

Detrás se puso en marcha un mecanismo: equipo de emergencias.

Cuando me quise dar cuenta, cinco personas una tras otra, entraron por

la puerta del salón de casa donde yo estaba.

Hice alguna exclamación al ver su número, tratando al mismo tiempo de

darles la bienvenida . Cinco funciones diferentes tenían en el

equipo y su apariencia exterior lo manifestaba. Un médico veterano,

de hermoso pelo blanco, una joven doctora en prácticas, una ATS expedita

y segura en su hacer, un camillero joven de voluntarioso aspecto y un

conductor de ambulancia, preocupado por “los recortes”.

A todos acogí con buen ánimo y agrado. ¡Y cómo no siendo personas y

profesionales benévolos que vienen justo para ayudarte a superar un

trance hasta posiblemente letal!…

Gratitud para ellos y para tantos entregados profesionales de la salud

que no siempre reciben la respuesta merecida…

Pero me negué a su servicio porque tal como me hablaban me indicaban

que tendría q aceptar cualquier tratamiento. Y las restricciones que habíamos

dialogado y acordado con nuestra médica de cabecera no se tendrían en

cuenta. Por ello dijimos no, aunque al día siguiente fuimos por nosotros

mismos al hospital.  Sin embargo, nuestra médica (apreciada y querida)

ya introdujo en escritura roja la restricción que deseaba.

Luego…no surtió el efecto deseado…

Pero nos dio ocasión de meditar.

Que el corazón decidiera parar en ese cuarto movimiento y quedarse ahí

sin más, dando la vida por terminada, parecía dejar abiertas muchas

posibilidades y preguntas. Y que quedaban cosas por hacer…

Decidimos, pues, afrontar ese planteamiento de mi víscera aparentemente

caprichosa e investigar. Porque podrían existir causas que se pudieran

resolver…

Y allá fuimos…

Y resultó que la mecánica del ingreso nos ocasionó una buena paliza:

Desde cerca de las diez de la mañana hasta pasadas las ocho, sin ingreso,

ni habitación ni alimento alguno. Y allí estaba mi diabetes…

No sólo yo estaba agotado, también mis hijos…Pero llegó la noche, que

todo llega, porque el tiempo no sabe detenerse…

Nos atendieron médicos, un par de ellos.

Consigno que me llamó la atención la mirada de la doctora: de una frialdad

extraordinaria.

Parecía haber tomado ella la decisión de observar enfermos y enfermedad

exclusivamente con el pensamiento. Como si excluyendo las emociones

fuera a ser más certera en su conocimiento y su diagnóstico, privándose

sin duda alguna de lo que ya es llamado “inteligencia emocional”. Y por

de pronto ignora la impresión de distancia y hasta rechazo que produce

en el enfermo…

Luego vino un riachuelo de enfermeras dedicadas a cosas diferentes.

Todas amables, algunas especialmente. Y fuimos encajando en el panorama

de su orden establecido…

Inmediata fue la experiencia del hallazgo de mi compañero de cuarto.

Mi ya amigo Pedro.

Rostro franco, bigotito simpático, mirada abierta… Conexión inmediata…

57 años. Al parecer con sus negocios. Y deseando por ello que le dieran

el alta.

Inmediatamente captó el encanto de mi hija y se deshizo en halagos.

Y yo, que estoy ya convencido de él, los acepté de buen grado…

Pinchazos, medicinas, cenas…y prepararse para dormir.

El agotamiento nos podía ya a todos…Y, con sus peripecias, pasó la noche…

 

Pruebas más sofisticadas esperaban, un escáner y un tac. Testificó el

primero que no me quedaron daños cerebrales por el tiempo que estuvo

el corazón sin aportar sangre. Pero el segundo no fue satisfactorio y quedó

relegado a esta próxima semana…

 

Conocimos a la mujer y dos de las hijas de Pedro quienes (como la mía)

también parecían ser personas especiales.

Otro médico vino a atenderle a él, que más tarde también lo hizo conmigo.

Veterano y competente me pareció al par que sencillo, lo cual valoro en

un profesional como él.

Finalmente una joven doctora, internista ella, agraciada ella, se me presentó como

dedicadas a mí sus funciones…

Pendiente queda la investigación de las pruebas y sus conclusiones que

están previstas para esta próxima semana. Y con ello espero tener el

tratamiento oportuno que resuelva ese asunto en el que mi corazón se

está declarando incompetente.

Entretanto el don de la vida está presente.

El amplio ventanal de la habitación da al campo y –como en un cuadro-

quedan en su espacio enmarcado ocho altos chopos castellanos.

Tras ellos campo y al fondo montes, con sus enamoradas nubes.

Y la quietud.

Y siempre LA BELLEZA…  

 
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Publicado por en 27 octubre, 2013 en Reflexiones y vivencias

 

Hasta la muerte primera…

La Gran Bestia que asola a la humanidad consigue llegar en su destrucción

hasta la muerte primera. Más allá no puede, no tiene poder. No se le

concedió mayor alcance.

Quienes sobrepasan la muerte primera, ya nada tienen que temer.

En la medida en que la van sobrepasando, La Gran Bestia va perdiendo

su poder y ellos son libres.

¡Qué gran paradoja! Al ejecutar su más grande amenaza, justamente se

desvanece su poder. Porque la fuerza de la amenaza consiste exclusivamente

en el temor.

SI NO HAY TEMOR, NO HAY AMENAZA.

Es por eso por lo que, quienes no temen la muerte primera, están libres

de temor.

Y es por eso por lo que, al encontrarse con ella, han hallado la libertad.

Y las azules aguas de Lampedusa han sido el cendal que les ha iluminado

en su trascendencia.

Y ya podrán cantar para siempre como quieran La Canción de la Alegría.

¡Porque La Gran Bestia ha perecido!

Su propio veneno la envenenó.

Ella, la creadora del temor, de él mismo se alimenta.

Y perece exactamente en el momento en que lo consume al alimentarse

de él.

La asesina del temor, es asesinada justo al asesinarlo…

Y AHORA SE HA TERMINADO PARA SIEMPRE mientras desciende en las

profundidades de los mares transformándose en las aguas de la libertad

 
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Publicado por en 17 octubre, 2013 en Reflexiones y vivencias

 

Escalé la altura del tiempo…

Y hasta mucho más adelante en el espacio no aparecía aún la posible

perspectiva de otra altura semejante.

En ese instante había llegado hasta la altura total posible.

Más que aquello ya no podía sentir.

Agoté la impresión, la sensación, la experiencia, la vivencia…

ESO ERA TODO.

Y ahí está, ante mí, la Humanidad.

Ahí están las palabras y los hechos diarios, ahí están las necedades,

el trabajar, el aparentar, el presumir, el colocarse por delante, el juzgar,

el comparar…

Mientras son masacrados los niños, las mujeres y los jóvenes.

Mientras una raza perece.

Y la tierra sigue rotando…

 

En cabeza, mente y corazón no cabe más.

No se puede añadir nada que sume nuevo significado.

Todo está dicho.

Se puede colocar la palabra “FIN”…SE HA TERMINADO…

No lo estáis viendo todavía delante de los ojos y a vuestro lado

porque la arena del tiempo no ha llegado todavía a vuestras playas.

 Pero decidme: ¿Qué le falta a esta humanidad para dejar en pié una

sola cosa positiva?. ¿Qué le falta para respetar un solo valor?. ¿Qué

límite dejará de conculcar?. ¿Qué bestialidad dejará de cometer?…

Decidme alguna, por favor…

Entretanto, me quedo irremediablemente detenido.

Ya no puede pasar tiempo mientras eso no termine.

La historia se ha parado.

Es el fin de los tiempos…

 
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Publicado por en 15 octubre, 2013 en Reflexiones y vivencias

 

¡BASTA YA A LA BESTIA!

¡Basta ya, basta ya, basta ya!

¡Basta ya a la explotación, al abuso, a la masacre, a la brutalidad, a la

crueldad , a la ignominia, a los horrores sin nombre, que convierten a la

humanidad  en un increíble y desbordante pozo de porquería

cuyo hedor llegará hasta las estrellas!

¡Basta ya!

Se lo pido y se lo grito a todo aquel o aquella que conserve todavía el más leve rasgo humano,

a todos cuantos posean un toque de influencia en los demás, a cuantos

seres humanos les quede aún verguerza , a cuantos tengan poder o riqueza

o algo que puedan dar…

DOS PAÍSES AFRICANOS: ERITREA Y SOMALIA.

EL PURO ESPANTO DE SU SITUACIÓN.

Leed, amig@s, como acabo de hacer, al  reportero que desgrana los

horrores. Y decidme, por favor, qué pasa con esos seres, esos náufragos

de Lampedusa que son el acto último de quienes ¿viven? en esos

países…¡Si prefieren a la postre morir intentando llegar al sueño de la

libertad!…

No me es posible ya entender ninguna acción humana, comprender

ningún deseo, escuchar mayores temores.

No quiero oírle a nadie ninguna queja, que no se le ocurra ninguna

reivindicación, que no diga una sola protesta por las “inmensas” necedades

de que nos quejamos los que aún tenemos tanto.

¡Vamos, los políticos que enmudezcan y que no se les oiga ni piar! Que

dirijan el dinero y los recursos hacia allá, que se encarguen muy seriamente

de que llegue a las personas sin perderse por las infinitas fugas habituales

por las que suele filtrarse, que callen y actúen, que no recaben nada ni

se apunten mérito alguno porque lo que está delante de los ojos son los

restos que quedan del Ser Humano, que ya casi no queda nada, que ahí

SE TERMINA TODO…

Solamente nos podremos parar a oir a una madre que no tiene pan

para sus hijos, a un padre que no puede llevar nada de nada a casa…

Y mientras tanto…¡NO QUIERO SER HUMANO! NO QUIERO PREOCUPARME

DE NINGUNA COSA QUE LLAMEN HUMANA, NO QUIERO TENER NINGÚN

INTERÉS HUMANO. NO PIENSO SENTIR ABSOLUTAMENTE NADA HUMANO

HASTA QUE LA HUMANIDAD TOME LA DECISIÓN DE ATENDER TOTALMENTE

A LA RAZA HUMANA QUE SE ESTÁ PERDIENDO POR EL SUMIDERO DEL

ABANDONO, DEL DESPRECIO Y LA BARBARIE…

Gritadle, por favor, a esa Mente Común que yo no le pertenezco.

Gritadle que no le puedo permitir que haga otra cosa que cambiar las

terribles  circunstancias de esos niños, esas mujeres, esos hombres y esos

ancianos…si es que aún quedan algunos…

¡¡¡BASTA YA!!!

¡¡¡BASTA YA!!!

¡¡¡BASTA YA!!!

 

 
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Publicado por en 14 octubre, 2013 en Reflexiones y vivencias

 

No lo esperes , mi niña.

No esperes nada, hija mía querida, no pongas ninguna esperanza en encontrar en el mundo

algo de moral, de verdadera, algo de bien querido por sí mismo, sin

amenaza ni recompensa, algo entregado sin esperar nada a cambio,

simplemente porque sale del alma…

No esperes nada.

LA ESPERANZA ES UN ERROR.

La esperanza nos finge un futuro fundado en un presente inexistente.

Podría haber futuro si AHORA hubiera presente. Pero si nada hay ahora,

nada habrá después.

Y por eso, mi niña, el Camino es Soledad.

Por eso le escribí a ella:

“Tú eres la flecha lanzada por un mítico guerrero solitario

que va derecha al corazón del Sol”…

No hay otro Camino. Porque no hay esperanza.

Apágala pronto, apágala enseguida.

Esa será la manera en que el tiro de tu arco tome la recta imperturbable

en el espacio.

Ninguna energía se perderá, toda ella estará lanzada y dirigida en la

verdadera dirección.

Toda entera la tuya, la única de que tú dispones, la única de la que te

puedes responsabilizar. Sin dejar nada.

Y POR ELLO LO HACES TODO.

Y tú también eres el mítico guerrero solitario.

¿Y sabes, querida mía, la inmensa pureza que se encierra en ese solitario

caminar sin esperanza?

No te detengas, sigue así.

Tan sólo con quien camina así podrá la Mente Común de la Humanidad

convencerse por completo del único camino recto que existe…

 
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Publicado por en 13 octubre, 2013 en Reflexiones y vivencias

 

Equilibrio de naipes.

Os hablaba anteayer, amig@s, de un castillo berroqueño indestructible.

Hoy haré algún comentario de los castillos de naipes, esos que sin saberse

la causa, se deshacen de pronto…¡porque están hechos de naipes!…

Diría yo que así son los castillos edificados por humanos dentro de sí

mismos,  los que pretenden guardar la felicidad que apellidamos como

ellos,  “humana”.

Están compuestos por materiales volanderos. Un impredecible e impalpable

soplo  de aire los puede aventar.

“Salud”, por ejemplo, la tienes y puede ausentarse en cualquier momento.

“Amor”, de los humanos, dura un tiempo, se ignora cuánto. Y luego se

va  enmoheciendo y secando y amorteciendo…y se encuentra la inmensa

mayoría  que aquello imaginado para siempre, pasó como pasa primavera,

pasa otoño y se hace invierno…

“Éxito”, profesional, económico, social… A no pocos les dura mucho. Y no

les parece construido con naipes…Pero ¡cuando cae el castillete…!

 

Hay gente muy hábil construyendo con naipes. Levantan unas cuantas

alturas sin que caigan… Tienen que cuidarlos mucho, evitar corrientes

de aire, cambios de temperatura, movimientos bruscos…Porque ese

material,  ay, por mucho que lo quieras, no tiene resistencia…

Y me diréis, tal vez, que considero “naipes” todos los triunfos humanos.

Os diré algún motivo:

Hay un factor común en ello: VIENEN DEL EXTERIOR.

No dependen en exclusiva de nosotr@s mism@s.

No se apoyan en lo que es nuestro ser. Se apoyan…¡en los naipes!

NUESTRO SER ES LA ROCA.

Si de “amor” se trata…¡tú habrás de amar!…

Si de “éxito” se trata…¡no son los resultados sino la seriedad de tu hacer!

El Maestro Jesús nos previno de edificar nuestra casa no sobre arena,

sino sobre roca. ¡Y la arena es más sólida que los naipes!

Busca dentro de ti, amig@.  Sopla para que se vuelen los naipes…

No vas a perder nada. Todo eso que perderás ¡no sirve para nada!

SIRVE LO QUE ES TU SER.

ÉL ES LA ROCA…

 
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Publicado por en 11 octubre, 2013 en Reflexiones y vivencias

 

Regalados pechos.

Aparece en prensa una noticia de unas muchachas en nuestro congreso

de diputados mostrando sus pechos y con un texto que dice “Aborto es

sagrado”.

Una mujer (no sé si es ujier del congreso) y un hombre parecen intentar

sujetarlas por un brazo.

El periódico las califica “Femen”, pero veo diferencias grandes que me

llevan a pensar que “la marca” ha ido cambiando su estilo.

Ante todo no padecen ni remotamente el mismo peligro que sin duda   

 han  sufrido esas mujeres en países musulmanes, porque en este país los hombres,

por abencerrajes que sean, jamás atacarán físicamente

a una mujer por enseñar sus pechos. Solamente hay una circunstancia

en la que realmente estarían en peligro: si fueran la mujer o la pareja

de un “perseguidor” que ése sí podría llevarlas a la muerte.

Exceptuado tal caso, probablemente la mayoría de hombres  -y muchas

mujeres-  disfrutarán del espectáculo de los pechos femeninos gratuitamente

expuestos, excluyendo desde luego a los reprimidos y moralmente

indoctrinados que consideren “denigrante” tal circunstancia.

Así pues, en cuestión de “peligro” esas chicas no son Femen.

Sí parece que pretendan su  imitación, tener “una marca de fábrica”.

 Pero la imitación nunca es algo realmente genuino. Y me parece recordar que los mensajes que escribieron las chicas Femen sobre su cuerpo no eran de este estilo.

Me parece que afirmaban su libertad. Me parece que rechazaban el

dominio y subyugación de hombres y culturas y religiones. Pero no “me

pega” que afirmaran ser sagrado el hecho de la terminación de una

vida.

JAMÁS DESTRUIR ES SAGRADO. JAMÁS ACABAR CON LA VIDA.

Se podrá afirmar la libertad y la autonomía de la mujer para que ella

decida sobre su cuerpo y embarazo. Pero jamás por ello se podrá

cohonestar que sea sagrado terminar con una vida.

LA VIDA ES SAGRADA.

Por ello vale nuestra libertad, por ser expresión de ella.

No os confundáis, amig@s.

Rechazad cuanto mata, cuanto ata, inhibe, cuanto sujeta, cuanto prohíbe

ser y crecer y desarrollar…

PERO NO LA VIDA…PORQUE POR SER ELLA SAGRADA EXISTIMOS TODOS.

 

Veo en la foto que “las caras Femen” sí se han estereotipado.

Os han enseñado bien a “poner caras de asco”. Lo cual consideraréis

parte importante de vuestra protesta.

Y diréis que –si por ello no os ven bellas-  no queréis ser bellas para los hombres.

¡Sed bellas para quien queráis serlo, es también vuestro derecho!

Pero advertid que no tiene que ver el protestar o reclamar derechos con “ poner caras

de asco”…

Puesto que parece que os tomáis tiempo entre vuestras acciones para

pensar, os animo a perfilar las cosas, puesto que son mensajes.

No hagáis tanta fuerza, es contraproducente.

Y ved dónde estáis y qué fuerza se os está oponiendo.

Y la ola constructiva de energía que brota del hecho de mostrar (y en tal

sentido “regalar”) vuestros pechos, se extenderá mucho más y de mejor

manera.  

 

   

 
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Publicado por en 10 octubre, 2013 en Reflexiones y vivencias

 

El castillo de las aguilas.

Casi siempre se encuentra vestido por las nubes, blancas, grises, doradas,

rojizas y naranjas…

El sol lo envuelve de claridades que contrastan con la negrura basáltica

y de obsidiana de sus raíces pétreas, arraigadas hasta donde no se sabe

en la montaña.

Y hasta allí solamente llegan las águilas.

Las que  más alto suben, en los bajos del castillo.

Sus lentos y majestuosos círculos entre los girones de las nubes.

Nadie más que sea humano, que sea de la tierra, ha podido llegar hasta

allí…

Pero no es que el castillo esté deshabitado. ¡Está lleno de gentes!

Hay jóvenes humanos especiales, también maduros por quienes no ha

pasado el tiempo por dentro,  hay elfos y hadas, hay duendes y xianas,

hay muchos seres invisibles…

Todos se encargan de cuanto se necesita en el castillo, aunque nadie es

sirviente.  Cuantos moran allí son libres y libremente hacen lo que hacer

quieren…

Son inmensas las estancias y son innumerables.

Dos seres singulares han de ser señalados en especial, dos seres

magníficos y mágicos que en todo el entorno planetario no se sabe que

existan más: Dos alados pegasos, de nombres Duna y Duriel, negra ella

de azabache, blanco él como la nieve.

A sus jinetes aman.

A sus jinetes arrebatan más allá de la tierra y los planetas, más allá del

último calor del sol que llega justo hasta los confines del sistema.

Pegasos son del Universo. Nada está tan lejos para ellos que allá no

puedan llegar, hasta la región que no cesa de avanzar y crecer en su expansión

continua en el espaciotiempo aumentante…

Cuando ellos los montan se forma algo así como una burbuja de luz

que los envuelve a los cuatro. ¡Y dentro solamente se siente AMOR!…

En la infinita libertad del vuelo ilimitado…

 

Despegan los corceles con sus jinetes de una alta zona del castillo, una

sala cuya cúpula se abre por su mitad. Y en contacto pleno queda con

el día o con la noche, lejos de ruidos y penosas huellas de industria

humana.

Una vez en vuelo, nadie sabe su destino, ni siquiera ellos mismos, los

cuatro en amor entrelazados…

 

Existen zonas del castillo donde trabajan los gnomos. Hay unas inmensas

cavernas donde –en lo alto de ellas- hay una gran luz como solar. Y en

ellas crecen plantas de cuantas son conocidas en la tierra y algunas que

no lo son..

Hicieron jardines y paseos y recónditos círculos silenciosos unos y de trinos

de pájaros llenos otros. Para que tengan tantas opciones los enamorados

que se puedan perder al elegir…

 

Toda un ala del castillo tiene cubiertas sus paredes de duralcrist, que es

visto por fuera como la roca misma, pero desde su interior es transparente.

Hay en esas salas abundante mobiliario, mesas, sillas y sillones múltiples,

sofás,  sediles, estantes y armarios con mil adornos, con mil objetos y mil

joyas.

Pero sobre todo en ellas se abren como grandes bocas cálidas enormes

chimeneas de constante fuego donde las llamas no cesan de bailar

y en cuyos suelos, repartidas por todas partes, reposan grandes pieles

de osos blancos que ellos mismos regalaron con amor antes de iniciar

el gran cambio a la otra frontera…

Unas de estas salas tan sólo las frecuentan los amantes. Otras se reúnen

cuantos seres quieren departir. El hallazgo mutuo es espontáneo. Palabras

median pocas, emociones muchas. Se miran y SE VEN. El corazón está

en la superficie, sin máscaras ni trucos ni mentiras…

Todos cuantos habitan el castillo o cuantos lo visitan, son seres infrecuentes

y no fáciles de hallar allá abajo, al ras de tierra.

Son seres aislados, no porque quieran diferenciarse de los otros sino

porque ellos son diferentes. Y les costó saberlo, que muchas veces sufrieron

incomprensión y distancia por parte de la mayoría. Algunos ciertamente

pueden ser llamados “extraterrestres”, porque proceden de otros sistemas

estelares.

Pero entre sí, allá en el castillo, no existe barrera alguna, no existe la

distancia ni el extrañamiento ni la incomprensión…

Los espacios del castillo parecen infinitos. Hay inmensas salas concebidas

para practicar toda clase de deportes, o de ocupaciones o de hobbies y

construcciones o creaciones artísticas. Teatros incluso, por si existe quien

desea mostrar su creación a otros en esa forma…

Y tampoco os habréis de preocupar por el espacio porque ahí están los

señores enanos horadando incansables la tierra de la montaña, creando

filigranas de piedra y lugares cuajados de imaginación y arte…

Es auténtica paradoja la experiencia vital en el castillo, porque se juntan

a la par las soledades mayores de la tierra, aquellas que los amantes

quieren para sí viviendo en soledad su total amor…se juntan con la limpia

veraz e indistante compañía de los amigos, la que se mantiene y alimenta

con una simple mirada, la que con muy poca palabra se dice mucho…

No puedo, amig@s, deciros dónde se encuentra este castillo.

Y aunque os lo dijera, de nada os serviría pues ni llegaríais a verlo ni

podríais acceder a él.

Sí que sé que  -de alguna forma insospechada-  EL AMOR os puede conducir

hasta sus puertas y maravillosas entrañas.

Caminad entre los hombres sin ser de los suyos, caminad entre ellos sin

seguir sus pasos, sin guiaros por sus pensamientos ni tener sus sentimientos.

Caminad entre ellos como extraños.

Y un día, sin que hayáis sabido cómo, veréis a vuestros pies a las grandes

águilas y escucharéis su graznido poderoso que retumba mil veces y hace

ecos incontables en la enorme cadena de montañas…  

     

 
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Publicado por en 8 octubre, 2013 en Reflexiones y vivencias

 

El ahora siempre desconocido.

Si te pregunto, amig@ mí@, o me pregunto a mí si sabemos realmente

QUÉ ES EL AHORA, me temo que seremos capaces de formular palabras,

sí, pero que apenas vivamos día a día esa realidad.

 Porque es un hecho poderoso y constante  que somos producto del tiempo, de que nuestras acciones y reacciones son producidas por ese “yo”, lo que sea ello, que se ha ido

construyendo golpe a golpe cada día y a veces cada minuto, acumulando

la huella de cada reacción en la memoria, siendo esos recuerdos y esas

impresiones los ladrillos de tiempo del ayer que hasta ayer mismo nos

han ido edificando…y que en el ayer nos quedamos encallados, sin

advertir de verdad que llegamos simplemente a HOY, y sin lograr realizar

el llegar a ¡AHORA!…

La vivencia del tiempo y la memoria nos envuelve y nos absorbe.

 Y, sin embargo,   lo primero que decimos saber es que EL AHORA no es tiempo.

Que no viene de un pasado y camina hacia un futuro.

Que no es memoria.

Que no es una experiencia de cuyo valor te vayas a aprovechar al minuto

siguiente,  que no vas a tener más paciencia o comprensión por lo que

acabas de vivir AHORA y lo vas a emplear a continuación.

Que lo siguiente será diferente, que contendrá elementos nuevos, que

emergerán tus viejas maneras que no  advertirán tales elementos

 y no llegarás a vivir ese instante siendo NUEVO, sino ENVEJECIDO…

Tú sí vas a ser igual, vas a ser el de siempre, el que se repite…y ese puro

AHORA que llega a ti sin precedentes, no sabes si en el minuto siguiente

de tu vivir va a llegar a ti…

¿Y cómo distinguir efectivamente, cómo diferenciar tiempo y no tiempo,

cómo percibir con claridad total lo que emerge de nuestra memoria

y de nuestro “viejo ego”, de lo que no tiene nada que ver con ello?

Sí es cierto que hay veces en que es tan plena la invasión del AHORA

que no nos deja lugar a dudas. Lo que está sucediendo, lo que estamos

viendo y sintiendo, ¡ni siquiera lo reconocemos como nuestro!.

Pero otras muchas en cambio…

Convive en nosotros el tiempo con el ahora.

Y la vivencia dominante está en el tiempo que es el lugar propio del

cerebro, es donde parece residir, ser y estar la vida humana…

Y al parecer se impone postular realidades y niveles de realidad MUY

DIFERENTES. Esa realidad que percibimos habitualmente en nuestro

vivir de tiempo, y esa OTRA realidad que a veces nos invade y tampoco

nos deja lugar a dudas…

ALGO SIENTO MUY CIERTO, AMIG@S: QUE NADA HAY QUE FORZAR.

Es posible que (sin que nosotros lo sepamos) el cerebro vaya cambiando.

Es posible que aprenda de lo que no sabe.

Es posible que se vaya transformando…

Puede ser que ese mismo asistir serenamente a su decurso interno,

ese mismo dejar y permitir hacer sin oponerse, el suspender “la energía

de fricción” , quizá sólo con eso YA ESTÁ SUCEDIENDO en nuestra entraña

aquello que se escapa al “pensar”, aquello que controla el cerebro.

SER Y PERMITIR QUE SEA. Sin forzar. Sin ninguna oposición. Sin ninguna

lucha. Sin ningún deseo de saber. Como cantó el poeta: “Pero tú no lo

sepas, mi alma, pero tú no lo sepas…”

Allá, amig@s, donde está el olvido y están las azucenas…

 

 

 

 

 

 
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Publicado por en 7 octubre, 2013 en Reflexiones y vivencias