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Archivos diarios: 21 abril, 2011

Si queréis amar…

Amig@s mí@s a quienes doy amor en lo que os escribo, deteneos hoy algún momento para mirar cómo amais, que hoy es día que conmemora el AMOR que el Maestro Jesús instauró en la historia conocida.
El Amor como fuente UNICA de la Verdad y el Bien,
casi desconocida noticia para la inmensa mayoría de los que conocen de algún modo a Jesús.
Porque han mezclado esa noticia con las leyes antiguas y las morales, con filosofías que la han desfigurado, con creencias que la alteran…
“AMAOS”.
Y nada más.
Sin apellidos ni aditivos ni mezclas ni mescolanzas.
No lo apellidéis “el amor cristiano”.
Si es AMOR, ya está todo dicho, ame un católico, protestante, ortodoxo, budista, musulmán, agnóstico o ateo…
¡UN SER HUMANO!
¡Y TODO ESTÁ HECHO!…
Os contaré hoy algunas cosas para que el amor SE CULTIVE EN LA PAREJA.
Pareja, la que fuere, cualquiera sea la orientación sexual.
Que me parece ser ella el lugar cumbre donde el amor ha de realizarse, aunque en nada desdeño ni disminuyo las posibilidades de vivirlo en soledad.
Es más, considero necesario haber llegado a la auténtica soledad y abrazarla para poder DARSE LIBREMENTE y no por necesidad ni dependencia psicológica.
Pero dirijo en especial mis palabras a la pareja.
A aquellas que conozco y amo, y a aquellas que desconozco y también amo…
Proporciona el cerebro humano a la especie un singular cóctel de hormonas cerebrales para producir “el enamoramiento”.
No hagáis como los biólogos que lo entienden como una “estrategia” para perpetuar la especie.
Psicologías hay que mantienen que el amor incondicional es la necesidad primaria de los niños
en su primera infancia, con lo que ya amplían la anterior consideración.
Y sin duda puede llevarse ella mucho más lejos:
SIN AMOR, NO EXISTE SER HUMANO VÁLIDO.
En mil aspectos, signos y circunstancias se puede probar la afirmación…
Y el cerebro crea ese cóctel “para enamorar”.
Con él activando las neuronas ES FACIL VIVIR AMOR.
Ellas lo dan prácticamente hecho.
Todo nos gusta del amado y de la amada, todo nos atrae.
Hasta llámanlo “ciego” porque ni ven defectos, ni fallos ni problemas…
Él lo es, porque “está drogado”.
No lo es el amor, como diré…
Sucede, pues, a los enamorados que todo es gozo y dolor es la distancia.
Que su única duda es si el otro le ama tanto como ama él, y en eso se pelean hasta caer ambos en sus brazos…
Lo llamaría alguno “estado de locura transitoria”, pero posee aspectos que ha de recoger el verdadero amor.
“Su insensatez, su enormidad”…
Jamás verdadero amor ha de perderlos, porque no es él “un acto de la razón” y, por ello, no es razonable.
Pero llega un día para ellos, los enamorados “corrientes”, los que simplemente se dejaron llevar “del cóctel”, que aquello comienza a disminuir e incluso a terminarse.
Y se preguntan ellos qué fue de aquel gran amor.
Sin advertir que aún no habían llegado a AMAR.
Porque, de hecho, no habían CULTIVADO EL AMOR.
“Les caía del cielo” el estar enamorados y ni se les ocurría que tenían que cuidarlo y transformarlo.
Salían solos los sentimientos y las emociones, salía sola la atracción mutua…
Y, sin embargo, había mucho que hacer. Lo que cualquier persona que empieza a amar a otra tiene que hacer.
COMUNICARSE es lo primero. TODO lo que llevan dentro.
Todo es todo. Nada puede quedar resguardado ni secreto porque amor es entrega total.
Muchos aquí dudan. Pero si quieren amar tendrán que saltar al abismo.
Nada de nada esconder.
Ni siquiera pensando que le molestará a la otra persona.
Parte suya del amor será COMPRENDER, que es la réplica adecuada al salto que espera el abrazo por parte de la otra persona.
Y ya están viviendo los dos amor auténtico, puesto que se mueven en LA VERDAD Y LA COMPRENSIÓN.
Es mejor la comprensión que el perdón. Este mantiene como negativo lo que el otro hizo, aunque a partir de ahí lo olvide y lo condone.
Aquella entiende el fallo y el problema y recurre a la humanidad que somos y a la propia, en la cual siempre existe algo que también habría que perdonar, aunque no sea lo mismo que al otro le haya pasado.
Muchas veces nos encastillamos justamente en eso: “Lo que me has hecho, yo nunca te lo haría”.
Y, sin embargo, tú haces otras cosas que pueden ser igual de duras para el otro que lo fue ésta para ti…
Por lo tanto, amig@s mí@s, comprended…
Este darse constante en el comunicar, ha de ser también constante en el tiempo, siendo conscientes de que el valor supremo es amarse ambos, con lo cual llegarán al amor universal.
Ninguna otra relación ni acción puede ocupar la primacía.
Ni el trabajo es más sagrado que ella, como frecuentemente sienten muchos.
Porque reducen entonces su amor a “una cuestión romántica y privada”, con lo cual lo han degradado ya muy por debajo de lo que es.
Ciertamente en ocasiones –y según el cómo de las circunstancias- podrían echarle a uno del trabajo si prioriza el amor.
Pero ¿preferirás que te echen del amor?.
De éste o aquel trabajo puedes marcharte.
Pero el verdadero amor –que es eterno- jamás deberás hacerlo…
Se pierden “amores”, ciertamente. Se deshacen parejas abierta o silenciosamente.
Pero todo ello ya había sucedido antes, porque no se cultivó el amor.
Porque se colocó en la propia escala de valores otro –que se llamó valor- por delante de él.
Pudo ser algo exterior como el trabajo.
O pudieron ser las llamadas “aficiones”.
O más profundamente, lo que la persona consideró “su modo de ser”, que no quiso en forma alguna subordinar al amor.
Y olvidaron que el amor –si es verdadero- reside en el fondo del ser y que es capaz de cambiar lo que somos de dentro a afuera.
Y es por ello otra tarea primordial EL CONOCERSE para poder amar.
SER CONSCIENTE DE SÍ en cada instante, en el ahora, es trabajo de amor y para amar.
Porque esa consciencia DA LIBERTAD SOBRE SÍ MISMO, es capaz de ver que esas maneras de ser que muchos no están dispuesto a ceder, ni son necesarias ni son irrenunciables.
Y el amante verdadero CAMBIA.
Modifica su forma de ser.
Deja de ser –deteniéndolo conscientemente cuando surge- lo que era, que fuera impedimento para el amor.
Y en ello va haciendo verdadero “el entregarse a sí mism@” que lleva consigo el amor…
Hay muchas más acciones que –si queréis amar- habréis de realizar u omitir.
JUICIO, REPROCHE Y EXIGENCIA no pueden figurar en la paleta de quien quiere pintar la vida entera de amor.
El juicio somete al otro al pensamiento propio y/o a su escala de valores. Lo subordina, por tanto, y lo desplaza de la cumbre que ha de ocupar.
El reproche rechaza la acción del otro, la condena como el juicio, y ni la perdona (que es la acción menor) ni la comprende, que es la mayor.
Y la exigencia pisotea su libertad, implica rechazo de lo que la otra persona es, y no puede componerse con nada que en verdad sea amor…
JAMÁS HACER ESO es condición de amar.
Y si en alguna ocasión sucede, inmediata tendrá que ser la acción que lo termine, y su comunicación al otro amante.
Porque esa es acción que está incluida en el amar:
RESOLVER INMEDIATAMENTE LOS PROBLEMAS Y CURAR INMEDIATAMENTE LAS HERIDAS.
Quien ama, quien quiere amar, no puede dejar que los problemas subsistan y se enconen. Y eso sucede si no se abordan y resuelven.
Habrá que recurrir entonces a LA VALENTÍA DEL AMOR, que muchas veces por evitar el conflicto, por no entrar en terrenos resbaladizos, se omite de hecho el afrontar lo que ha de hacerse por amor inmediatamente.
Y hay parejas –que dicen quererse- que prolongan durante días su silencio, ofendidas y rencorosas, negando el pan de la palabra, el de cada día, el pan recién hecho que han de darse quienes se aman.
Eso sucede con LAS HERIDAS.
Ahí pueden dejarse hasta infectarse, esperando la ocasión propicia, o el modo o la manera de sanarlas.
¡Arrojarse inmediatamente en los brazos del amante es la ocasión y la manera!
Nada hay que esperar, aunque no sepas qué hacer.
¿Puedes resistir que quien amas esté padeciendo una herida que le está sangrando, incluso aunque no creas haber sido tú quien la ha infligido? .
No esperéis jamás, amig@s mí@s, ni la ocasión ni la manera ni la fórmula de lanzaros a sanar la herida. ESO PIDE EL AMOR…
No están solos en el mundo los amantes.
Ni solamente –aunque diferente a lo demás- se aman el uno al otro.
Hay otros amores, hay otras personas.
Y para repartir su tiempo y sus acciones entre todos, habrán de cultivar SABIDURÍA.
¡Otra tarea más de quien amar quiere de verdad!
No existen, ni pueden existir, normas que orienten para ello: “Ahora le toca a tal, ahora a cuál”…
Es sabiduría la que ha de orientar.
¡Y tampoco existen normas para cultivarla!
Nada importante del vivir las tiene, acostumbraos, por favor…
Escuchar al corazón y a la mente unida a él (jamás por separado) será lo que dé luz en cada caso.
Y fluirá de ese modo el río del amor, abriendo nuevos brazos y caudales cada vez que realidad y verdad –en las personas- lo soliciten…
Más larga puede hacerse la lista de las tareas precisas para amar. Mas me parece que, quien estas realice, con certidumbre está amando.
Y en ello y con ello está logrando lo que el Maestro del Amor descubrió a los humanos.
Y en esa escuela de amor de dos, EL AMOR ENTERO SE APRENDE.
Y aunque parezca no notarse, SE ESTÁ CAMBIANDO EL MUNDO, AMIG@S MÍ@OS, A QUIENES TAMBIÉN DOY MI AMOR…

 
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Publicado por en 21 abril, 2011 en Sin categoría