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Archivos diarios: 28 abril, 2011

La paz empieza dentro

Los humanos somos adictos a las experiencias que se nos meten por lo ojos.
Nos hacen falta los sabios para que nos recuerden la escasez del alcance de nuestros sentidos.
Las águilas ven más, los perros oyen y huelen más,
los felinos son mucho más sensibles en su tacto y en captar las vibraciones…
Y, sin embargo, ¡qué autoridad les damos a nuestros sentidos!.
Que no sólo los usamos, que ni siquiera solemos cultivarlos…¡sino que les damos autoridad!.
Autoridad para determinar la realidad, ella en sí misma y en los acontecimientos y en los hechos.
Sin esa autoridad pocas parecen ser las personas que aceptan que también es real lo que no alcanzan los sentidos.
Ya empieza la ciencia a cuestionar tal ingenua autoridad, porque nos muestra que esa mesa que determina nuestro tacto que es del todo sólida, NO LO ES, puesto que –compuesta por células primero y átomos después- ¡está muchísimo más vacía que llena, mucho más “hueca” que maciza!…
Y, a pesar de todo, nos agarramos a la mesa diciendo: “¿Ves? ¡Esto es real!”…
Eliminar ese “realismo ingenuo”, ya tan trasnochado, parece que a much@s les cuesta tanto que en él viven tranquilamente…
A la postre, es su propia opción.
La mente y el cerebro humano pueden decidir qué realidad quieren vivir. La fabrican ellos mismos sin mayor problema. Y, consecuentemente, la pueden habitar…
Mas hablo ya para personas que saben que existe la diferente realidad del mundo interior.
Y esa paz que deseamos todos en el mundo, y en todos los niveles posibles, sabemos que no es una circunstancia exterior, que no viene de extender una cultura o unas condiciones materiales de vida, ni siquiera unos gobiernos elegidos por mayoría de sus ciudadanos en eso que llamamos “democracia”, tomándola de los antiguos griegos añadiéndole esta u aquella manera, éstos o aquellos números para adjudicar escaños, esta dinámica del poder…
JAMÁS EL PODER CONSEGUIRÁ LA PAZ EN EL MUNDO, PORQUE ÉL MISMO ES CORRUPTO.
Y la paz es un producto puro del corazón.
Tampoco civilizaciones ni culturas, porque son todas ellas formas construidas por el cerebro humano usando sus limitadas capacidades.
Y respecto a la mente, son un cuerpo corruptible como todo cuerpo. Que son las culturas todas, cuerpos que la mente ha fabricado para hacerse socialmente visible.
Y que se convierten al fin en rígidas y caducas en el tiempo, incapaces de albergar LO NUEVO…
¡Mientras mente y cerebro no queden limpios, no se puede construir la paz!
Porque la Humanidad es una esfera que reposa sobre un solo punto: la persona individual.
Y mientras en el individuo no haya paz, no es posible que la Humanidad la tenga.
Y sucede, amig@s mí@s, que en los individuos habitan muchas cosas que impiden la paz:
– Se niegan muchos a un hecho básico, de aceptarse de verdad tal como son.
– Se niegan a ser una unidad consigo mismos
en lo que piensan, sienten, deciden y actúan,
y andan a la greña dentro de sí, incongruentes unas veces cabeza y corazón, dispares su conducta y lo que piensan o sienten, divididas intenciones y hechos, en conflicto lo exterior y lo interior, y aun lo interior mismo dividido dentro de sí, entre el querer y el deber, la obligación y el deseo…
Seres divididos y en conflicto interno, no tienen paz.
Y ningún poder exterior o presión o influjo pueden conseguir que esto cambie.
Imaginó Marx que al cambiar realmente “la estructura” de la producción y eliminar la “plusvalía”, caerían como hojas secas “las superestructuras” que conducían a que los humanos pensasen y sintiesen erróneamente.
Imaginó a la Humanidad como un producto moldeable desde fuera de sí misma.
Y ya la historia ha mostrado su error.
Lo mismo es verdadero para la “cultura capitalista” y sus economías.
¡NADA EXTERIOR AL HOMBRE TRASFORMA AL HOMBRE!
Sólo puede trasformarse desde el interior.
Y ese es el único trabajo serio y verdadero.
El trabajo de LOS MENOS, en número pero no en dedicación.
Porque la inmensa mayoría vive la vida programada desde tantas instancias, y –finalmente- por su propio subconsciente en el que se guarda el depósito colectivo de todos los errores que ha cometido la Humanidad.
POC@S SON l@s que toman el Camino de la sabiduría de conocerse a sí mism@s instante a instante.
Poc@s son l@s que se hacen un@ consigo mism@s
y deshacen toda división dentro de sí y todo conflicto.
POC@S SON l@s que de verdad trabajan para lograr la verdadera paz en la Humanidad, la que brote del corazón sin fisura alguna, la que emerja del interior.
Y, sin embargo, amig@s, CON POCOS BASTA si llegan a constituir “la masa crítica” que –a semejanza de la reacción nuclear- desencadene la reacción en cadena que se extienda por todo el organismo y masa de la Humanidad.
HEMOS DE SER SIN MOTIVO ALGUNO.
ESTA TAREA DE SER VERDADEROS NO HA DE TENER NI CAUSA NI INTERÉS QUE LA PRODUZCA.
HA DE SER “PORQUE SÍ”, COMO TODO LO GRANDE, COMO EL AMOR…
Pero al menos en la confusión y en la oscuridad démosnos cuenta de que EN NOSOTROS MISMOS, NOS ESTAMOS JUGANDO A LA HUMANIDAD…

 
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Publicado por en 28 abril, 2011 en Sin categoría