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Archivos diarios: 29 abril, 2011

El descanso del cerebro.

Existen el día y la noche. La vigilia y el sueño. La actividad y la pasividad. La acción y la inacción.
El esfuerzo y el descanso…
El orden de las cosas se manifiesta en muchos signos y señales.
El orden está ahí y siempre tiene sentido.
El orden se extiende a todo…
Menos al ser humano…
Ha de descansar el cuerpo. Lo exige cuando ha realizado su trabajo muscular.
Y la noche y el sueño reparadores le ofrecen lo que precisa.
Pero también ha de descansar el cerebro y muchas veces no lo consigue.
Ni siquiera el sueño lo repara cuando en él se han introducido energías negativas.
El sueño se transforma en pesadilla.
Hay agitación en vez de paz.
Y no hay descanso.
Y la gente –una vez más- recurre a tratamientos exteriores.
Van al médico, se toman unas pastillas…
Sin embargo, la forma natural y saludable de descansar del cerebro es otra, sencilla y radical:
EL CEREBRO DESCANSA HACIENDO CESAR LOS PROCESOS NEGATIVOS.
Estando en paz.
Consigo mismo, con los otros, con la vida.
Sintiendo verdadera seguridad…
Y como siempre, amig@s, LA REALIZACIÓN DE LO POSITIVO CONSISTE EN LA ELIMINACIÓN DE LO NEGATIVO.
No hay que ponerse a buscar paz y seguridad.
Hay que ponerse a descubrir lo que las impide.
DESCUBRIR LO NEGATIVO ES EL CAMINO DE LO POSITIVO.
Durante siglos la humanidad ha oído decir: “Cultiva la virtud…camina hacia el ideal”…
Y no se ha dado cuenta de que -¡paradójicamente!- tal camino la llevaba en dirección contraria:
En vez de cultivar la virtud, cultivaba el ego, el “sentirse buena persona”, tener “superioridad moral” frente a los otros.
En vez de avanzar hacia el ideal, olvidaba su realización en el instante y utilizaba la persecución del ideal “como coartada” para dilatar su verdadero logro enviándolo al futuro incierto.
Y ello sucedía por una causa o razón: EL DESCONOCIMIENTO DE SÍ MISM@.
El desconocimiento de los movimientos ocultos de la mente.
Lo que Freud descubrió: El subconsciente. Aunque hay, al parecer, testimonios anteriores a él, que no interesa aportar en este momento…
El consciente, amig@s, es “el inocente” de esta película.
“El malo” anda tapado y oculto.
“La censura” llamó Freud a la invisible barrera entre los dos. La que no deja pasar hasta el consciente las cosas negativas –y hasta terribles- que oculta el subconsciente.
Caeré en “lo tópico” de la cita y lo llamaré la barrera “de lo políticamente correcto”.
Aquello cuyos colores oculta esa barrera y con los que no queremos aparecer pintados, que nos los vean los demás…
Aquello que tenemos y tapamos, deseos y pensamientos “vergonzosos”.
¡Y que nos conformamos con ocultar!
Y luego nos permitimos reírnos del pobre avestruz que mete su cabeza en la tierra para creerse que no hay peligro…
Y, naturalmente, nuestro cerebro no descansa.
¡Porque el cerebro sí es consciente del subconsciente!.
No iréis a imaginar que él lo ignora.
Por eso te avisa de muchas formas:
Te da pesadillas y mal dormir.
Te da dolor de cabeza.
Te da malestar de estómago.
Te da cansancio y dificultad de concentración.
Te da estrés…
¡El pobre no sabe ya cómo avisar!
¡NECESITA DESCANSO!…
Y tú te vas por las pastillas –“me han dicho que son muy buenas!”- para ver si la química te da…lo que no buscas por el camino natural:
EL DESCANSO DE LA PAZ Y LA SEGURIDAD DE TU CEREBRO.
Y, claro está, no puedes olvidar lo que a continuación se escribe:
¡Que el primer paso de la paz es EL CESE DE LAS HOSTILIDADES, el “alto el fuego”!
Tus deseos frustrados y la rabia, la ira y la violencia que desatan en ti.
Tus temores que te aprietan el gaznate y de los cuales sales dando patadas y puñetazos.
Las causas que te impiden tener paz interior.
Y tu cerebro, cansado de tanto combate, ya no sabe pensar de manera adecuada y se sale por peteneras.
Y pierdes los papeles.
Y te encuentras fatal contig@ mism@.
Y arremetes contra lo primero que se presenta.
Y empiezas a “fabricar culpables”.
Y a sentirte “pobre víctima”.
Y a iniciar un “juego psicológico” con las personas que están en tu vida…
Para acabar perdiéndote…¡”en los cerros de Úbeda!”, que –los pobres, ni siquiera los he visto- tienen al parecer muy mala fama…
Detrás de todo esto, puede ya venir cualquier cosa, preferiblemente la más irracional posible.
Se te sumará el orgullo y, con él, la convicción de que “¡tú tienes razón!”…
Y te enredarás cada vez más en tu propia tela de araña…
Sin embargo, amig@, tienes un testigo interior: Tu propio cerebro.
Él va a estar cansado y a disgusto.
Y te enviará las señales que te he nombrado u otras más…
Y aunque no quieras hacerle caso a nadie (¡ya sabemos, tú eres más list@ y mejor que todos!) a lo mejor…sólo a lo mejor…se te ocurre prestarle atención a tu cerebro y sentir sus propias necesidades.
Y –pongamos- aunque todos estén equivocados menos tú…¡caramba, tu cerebro se merece su propio descanso!.
Él no responde a los motivos que tienes en tu consciente. ¡Es más sabio que eso!
Él conoce tus desajustes internos y tus frustraciones.
Él percibe que no les estás dando la verdadera solución.
Él capta que no aceptas LO REAL Y VERDADERO.
Él se da cuenta de que desatas tus demonios en vez de serenarte y tomar el camino correcto.
Él advierte que la imagen que tienes de ti mism@ no tolera esa que ves como derrota, en vez de como lección y aprendizaje.
Él es lo suficientemente sensible e inteligente para caer en la cuenta de que ése camino que llevas NO ES, y se fatiga, y se estresa.
Y hay algo que puedes hacer sin que nadie se entere, “conservando el tipo”:
DARLE SU DESCANSO A TU CEREBRO
ELIMINANDO LOS PROCESOS NEGATIVOS
QUE SON LOS QUE TE QUITAN LA PAZ INTERNA…
Después, empezarás a ver las cosas de otra manera.
Te habrás conocido un poco más y habrás progresado dentro de ti mismo.
Y comenzarás a sentir la paz que tu cerebro, y tú mism@, necesitais.
Y cuando en ti haya paz, la tendrás con los otros y también con la vida…

 
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Publicado por en 29 abril, 2011 en Sin categoría